Érase
una vez una pirámide muy, muy grande que se encontraba en el lejano Egipto. En
ella estaban trabajando duro unos egiptólogos cuando se encontraron unas
huellas de un extraño animal. Se pusieron a investigarlas y dejaron a buen recaudo
el ábaco con el que llevaban la cuenta de las miles y miles de piedras enormes
que tenía la pirámide. De repente, los egiptólogos se encontraron la llave que
buscaban desde hace mucho tiempo y con ella abrieron una antigua cámara secreta
en la que había una máscara enorme y preciosa, era dorada con muchos y bonitos
colores. Tal era la belleza de la máscara que al entrar en la cámara todos los
egiptólogos menos uno se quedaron hipnotizados. Al ver eso el egiptólogo llamó al
112 para que los rescataran y allí se presentaron unos valientes policías en
helicóptero. Descendieron a la tierra en paracaídas y entraron en la cámara con
lupas y un gran equipo para buscar pistas. Éstas les llevaron a un gran tesoro
de oro, piedras preciosas y chuches. El problema llegó cuando se dieron cuenta
de que no sabían salir de la pirámide y al intentar encontrar el camino de
vuelta vieron un imán que resultó ser mágico porque al cogerlo salió de él un
impresionante arco iris que les mostró el camino a casa.
FIN
2º Premio: Rubén Martín
3º Premio: Alejandro García.